domingo, 15 de abril de 2012

Capitulo 3: Que os parece?


Capítulo 3: Llegamos a la caverna.
Seguimos caminando hasta que la luz que se veía antes se convirtió en la llama de una chimenea. Corrimos para resguardarnos del frío en la casa. Tao llamó  a la puerta varias veces y una chica joven nos abrió impresionada.
-Rápido, pasad, ¿Qué hacéis fuera con este tiempo?-Dijo la chica de la casa tirando de nosotros para que no nos cogiera el frío-.
Nos sentamos dentro de la casa y empezamos a hablar con ella sobre el lugar al que íbamos.
-Nos dirigimos hacia la caverna de hielo pero es posible que nos hayamos  perdido-Dijo Tao-.
-Aún os quedan varios quilómetros hasta la caverna. Yo puedo acompañaros hasta allí, pero después de oír las barbaridades que dicen sobre ese lugar, prefiero no entrar. Aún no me he presentado, soy Mar.
Mar tenía el pelo negro, la cara redonda y los ojos marrones. Tenía las manos con problemas por culpa del frío. Sus dedos eran de un color pálido y a menudo debía ponerlas en agua caliente para que la sangre llegase hasta allí. Estaba rodeada de mantas y cerca de la chimenea. Había mantas debajo de las puertas para que el frío no pasase y un gato blanco correteaba por la tarima de madera persiguiendo una pequeña pelota que le acababa de lanzar su dueña.
Mar se puso dos abrigos por encima y unos guantes de lana, abrió la puerta de la casa y dejó algo comida junto a la chimenea para el gato. Salimos de allí y empezamos a caminar hacia  la caverna de hielo. Cerró la puerta con llave y nos empezó a dar indicaciones. El móvil de Tao empezó a sonar y él se apartó para hablar a solas.
-¿Tienes lo que te pedí?-Dijo una voz misteriosa y que estaba siendo distorsionada-.
-Aún no. Son muchos. Tú vete yendo a la caverna y ya nos encontraremos ahí.-Le respondió Tao-.
Se volvió a unir al grupo y me dio la mano. Yo intenté apartarme pero él me seguía. Era mucho peor que Luke, en ese momento me di cuenta de que debía volver a salir con él.
Luke nos miraba de vez en cuando, serio y resentido, bien sabía que no podía hacer nada por mí. Tao parecía dulce, pero por dentro era agresivo. Luke no destacaba tanto como él, sus ojos no eran tan azules, sino marrones. Su pelo no era rubio, sino castaño. Y por todo lo demás era como cualquier otro chico. Tao hablaba de él como si fuera imposible que fuese a salir conmigo. Aún así era tan mono… Y me trataba tan bien… Aunque no podía permitir que le hiciera nada a Luke. Porque a lo mejor no es mi novio, pero es mi amigo. Luke se acercó a nosotros y apartó a Tao con un codo para hablar conmigo.
-¿Qué tal estás, Flora?
-Pues bien, Luke, ¿Quieres algo?-Le pregunté pensando que solo había venido por envidia-.
-Pues... ¡Au!-Dijo él cuando Tao le empujó para hablarme-.
-¿Podrías enseñarme esa llave que tenéis ya?-Preguntó Tao-.
Saqué la rosa de mi mochila y se la dejé ver. Luke retrocedió para hablar con Emmy sobre lo que le acababa de ocurrir.
Mar paró en medio del camino y apartó unos arbustos. Nos ayudó a subir por una colina que llevaba a un lago completamente congelado. Se paró y dijo:
-Según dice la gente, está es la primera trampa de la caverna. El lago está congelado pero en cualquier momento una placa de hielo se puede hundir cuando la estéis pisando. No hay muchos metros de aquí al otro lado del lago pero puede ser peligroso cruzarlo, aún así es la única manera. La segundo trampa es el laberinto de hielo, la tercera es un abismo que se debe cruzar sobre un puente levadizo, en muy malas condiciones y la cuarta no se conoce, nadie ha llegado más allá del puente.
-No importa, lo cruzaremos perfectamente-Dijo Luke caminando sobre el lago-.
-Luke, te aseguro que es muy inestable.-Dijo Mar siguiéndole para que no le pasara nada-.
El bloque de hielo que Mar estaba pisando se hundió y Raquel le agarró de un brazo salvándole la vida. Ahora estaba empapada y ya no podía ayudarnos más. Debía volver a casa para que el frío no afectase a sus extremidades. Alice recibió una llamada en ese momento, su cara empalideció cuando le dijeron lo que acababa de ocurrir en Londres.
Rompió a llorar desconsoladamente y cayó de rodillas sobre la nieve. Todos contemplamos aquella estampa, en la que unas chicas observaban a otra cuyo mundo ya no tenía sentido…

No hay comentarios:

Publicar un comentario