jueves, 26 de abril de 2012

Capitulo 6:) Tao...


Capitulo 6: Teníamos un trato.
Tao caminaba tranquilo y sumiso hasta el abismo. Guardó la rosa en un paño para que no le pasase nada y empezó a descender por el camino que bajaba al fondo de aquel misterioso lugar. Procuraba no resbalar con el hielo ni tocar las paredes para evitar congelamientos y caídas innecesarias. En ese mismo instante, Candela entraba en la cueva. Llegó a la plaza tras caminar varios minutos bajó la gruesa placa de hielo que le cubría la cabeza, se apartaba la nieve de los hombros y se frotaba los brazos con el contrario para calentarse. Se quitó las gafas y se frotó los ojos. Caminó un poco más y empezó a oir gritos. Miró hacia los lados y corrió hasta la montaña de rocas y nieve de donde provenían los sonidos.
-¡Socorro!-Se oía al otro lado-.

-¿Quién está ahí?-Preguntó Candela-.
-Flora, por favor ayúdame
Candela apartó poco a poco las rocas hasta abrir un pequeño pasaje que conectaba las dos salas.
-Candela, gracias, pensaba que no salía…
-¿Dónde están los demás?
-Luke y Emmy se fueron por ese lado y Tao vino conmigo, de hecho fue él el que me dejo aquí encerrada. Se ha llevado la rosa.
-Ya suponía que Tao estaba haciendo tratos con gente muy rara. Esto tiene que ver con uno de sus tratos.
-¿Cómo que gente rara?
-Tao lleva una semana hablando con un hombre de traje rojo, hacía tratos con él, me dijo que ese hombre le había prometido mucho dinero…
-Allan… Está en Siberia.
-¿Quién es Allan, Flora?
-Te lo contaré por el camino, nosotras vayamos a buscarle. ¿Sabes a donde puede haber ido?
-Seguramente se halla ido por el abismo, no me he cruzado con él en la entrada y cuando venimos de pequeños a la caverna no le gustaba entrar en el laberinto. Puede perderse.
-Vamos a por él. No creo que Allan vaya a cumplir su parte del trato…
Mientras tanto, al borde del abismo, Tao esperaba sentado con la rosa en sus manos.
-Veo que has cumplido tu parte-Le dijo Allan sonriendo-.
-Aquí tienes, ahora dame lo que me prometiste…
-Lo siento pero no puedo dártelo, otra vez será.
Tao se levantó y corrió hacia él, Allan le esquivó pero Tao se supo mantener en equilibrio. Siguieron con la pelea hasta que en un desafortunado momento, Tao tropezó junto al abismo, se consiguió estabilizar pero en cuestión de segundos, Allan puso su mano en el pecho de Tao empujándolo sobre el oscuro pozo. Tardó en oírse el golpe de su cuerpo chocar contra el fondo.
Allan no miró más para ese lugar y siguió descendiendo. Llegó a un sitio en el que se acababa el camino, pero continuaba a varios metros. Era imposible saltar y claro, no se podía ir andando, miró al suelo  vio una inscripción que decía:
Пропустить, вы придете (Salta sin miedo)
Cerró los ojos, apretó los labios, cogió carrerilla y saltó. No llegó a la otra parte, pero al caer, chocó contra algo duro, transparente y frío. Miro hacia abajo y pudo ver como sus pies se mantenían en el aire sin que nada les aguantase, aparentemente, estaba flotando. Siguió caminando y subió al trozo de tierra donde se alzaba una alta puerta con la sílaba RO.
Justo antes de entrar, Candela y Flora aparecieron delante de él.
-¿Allan, dónde está mi hermano?-Le gritó Candela después de que Flora le explicase por el camino la historia de las llaves-.
-Digamos que ha bajado por el abismo, que pena que no vaya a volver a subir.-Se río él-.
El rostro de Candela se volvió pálido. Flora leyó la inscripción del suelo, pero ella apreciaba su vida lo suficiente como para no saltar. Allan abrió la puerta y se despidió de ellas en un tono irónico. Candela empezó a llorar, gritando sobre el abismo. Así se quedaron varios minutos, sin habla, sin consuelo de nadie…

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